En el preciso momento en que estaba bajando del tren, apretujado, a los codazos limpios, atrapado entre las mareas de gente que quieren subir o bajar. En ese exácto momento en que es imposible no solo intentar anotar una idea en un cuadernito, donde el solo hecho de buscar la manera de abrir la mochila para sacarlo resulta jodidamente impensable, tuve una revelación. Lástima que ya no me la acuerdo. Era una lista de al menos seis frases célebres, dichos, refranes que al invertir alguna de sus premisas no solo cambiaban de senrido sino que inclusive los nuevos sentidos parecían ser mas lógicos que sus clásicas contrapartes. De tod esto solo recuerdo uno: "No dejes que el bosuqe te tape el árbol." para cuando estamos muy ambobados con algo y perdemos de vista aquello que realmente importa, eso frente a nostros, aquello que es tan simple que pareciera inspirarse en no llamar la atención.
Si a alguién se le ocurre algún otro bienvenido sea.
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