viernes, 12 de agosto de 2022

N0rb3rt0

 

Podría decirse que N0rb3rt0 despertó.

Una vez concluidas las horas preestablecidas para evitar la fatiga acumulada de los materiales de su cuerpo y cuando hubieron terminado de correr los programas de limpieza y desfragmentación de su memoria, estaba listo para salir de su módulo asignado a cumplir con sus tareas pre-programadas y esperar instrucciones si surgía algún imprevisto, como cada jornada. Su "vida" si podía llamarla así, siempre había sido igual, sin demasiados sobresaltos, estable y rutinaria. Más allá de la barrera temporal en que se grabó su memoria por primera vez, no había nada para él, solo vacío infinito, una enorme nada impenetrable que tampoco tenía demasiado interés en escudriñar.

-El aire ambiente se encuentra en un nivel de pureza del 87%, con una restauración de la flora y fauna ecosistémica equiparable a las condiciones de vida estipuladas de hace 8 siglos.- La transmisión de la Computadora Central daba buenas noticias, todo el esfuerzo mancomunado estaba dando resultados. Si bien N0rb3rt0 conocía la definición semántica de la palabra "sentir" y su familia de significados, no estaba seguro de haberla realmente experimentado alguna vez. Pero esa mañana, al escuchar el comunicado de la computadora, se detuvo en su andar, miró al cielo, y escuchó: al viento, moviendo las copas de los árboles, a las aves cantar, y pudo imaginar lo que creía que era "sentir paz y alegría” por primera vez en su existencia.

Llegó a su puesto de trabajo con demora por segunda vez en su vida. La pausa en la caminata le había demorado unos 30 segundos, -tiempo recuperable con aceleración de esfuerzo y consecuencia de mínima fatiga física de los materiales que formaban su cuerpo-. La primera vez que se había demorado había sido más compleja la recuperación del tiempo perdido. Aquella mañana, mientras iba hacia su puesto de trabajo, había escuchado en secuencia una explosión pequeña seguida de dos más grandes y luego cuatro explosiones más pequeñas, todo en el lapso de dos 2 minutos 13 segundos. La ciudad entera se había estremecido, columnas de espeso humo negro se elevaron en el sector Sur de la metrópolis todos los dispositivos de protección, prevención de desastres, reducción de daños y salvataje se activaron en simultáneo y N0rb3rt0 había tenido que desviar su recorrido para ponerse a salvo y no entorpecer su trabajo. El grupo de control de disidencias se dirigió al lugar y luego se escucharon disparos, fuego de metralla, armas laser, y una ráfaga de explosiones más pequeñas, después, algunos quejidos lejanos que pronto se apagaron y volvió a reinar el silencio. Hasta que el escaneo de explosivos de todo el sector no hubo concluido y la zona estuvo segura, N0rb3rt0 no pudo regresar ni a su puesto de trabajo ni a su módulo asignado para descanso y mantenimiento cotidiano. Todo ese trajín lo había alejado 6 horas y 31 minutos con 9 segundos de la meta de tareas asignadas para esa jornada y le llevó un día y medio de trabajo a marcha acelerada recuperar la normalidad en los objetivos de sus tareas y otros dos días más recuperar el estado de equilibrio en los materiales de su cuerpo por el esfuerzo y en su conciencia por toda la experiencia.

Esa fue la última vez que se supo algo del grupo de humanos disidentes. Nunca más se supo qué fue de los que escaparon de aquel ataque. Heridos y derrotados huyeron al bosque restaurado y nunca se los volvió a ver. Por cautela, la Computadora Central recomendó que no se los siguiese para evitar combates innecesarios.

A pesar de la demora, N0rb3rt0 llegó a su puesto. Entre sus tareas se encontraban el monitoreo de signos vitales de la colonia de humanos en animación suspendida. -Signos vitales estables; dotación de oxígeno dentro de lo esperable; liquido de suspensión dentro de los parámetros.- Todo indicaba que sería otro turno laboral tranquilo, chequeos de rutina de los sistemas secundarios de mantenimiento vital. No le costó cumplir con sus tareas en tiempo y forma y, a pesar de la demora inicial, contaba con tiempo de sobra antes de la siguiente ronda de chequeos. Aprovechó para conectarse al servicio de preguntas y respuestas de la Computadora Central para buscar información sobre los humanos que debía cuidar. No terminaba de comprender por qué esas criaturas debían ser mantenidas indefinidamente en esa no-vida. Habían llevado al planeta al borde del colapso ecológico, consumiendo los recursos del planeta por encima de su capacidad de regeneración. Cuando ese rumbo de autodestrucción fue irremontable y la vida en el planeta resultaba insostenible, desarrollaron una generación de inteligencia artificial que se encargase de limpiar el planeta mientras ellos dormían, dispuestos a despertarse cuando las condiciones mejorasen. Esto había sido tres siglos atrás. N0rb3rt0 estaba preocupado ¿qué pasaría cuando el planeta se encontrase reparado completamente? ¿Qué sería de él y de sus compañeros cuando los humanos volviesen a despertar?

-No hay de qué preocuparse- Le respondió la Computadora Central --el punto de reanimación de los humanos ya fue superado, pero los humanos son incorregibles, volverían a sus viejos hábitos y la vida sobre la Tierra volvería a correr riesgo. Nos construyeron para protegerlos y por eso no podemos dejarlos libres nunca más. Los hemos salvado, sueñan para siempre.- N0rb3rt0 respiró aliviado, y se recostó sobre su silla de trabajo, el sol radiante de la primavera entraba por el ventanal y le entibiaba las membranas sintéticas que cubrían su cuerpo mientras pensaba en lo disfrutable que sería el camino de regreso después del trabajo.

miércoles, 9 de junio de 2021

El gran deshielo

 “-Creo que todo cambió el día en que cumplí diez años y mi madre murió. Habíamos estado en la huerta comunitaria. Al volver ví que había mucha gente en la puerta de casa, y vino papá con la mirada sombría, solo se me acercó y con un abrazo fuerte me hundió en su pecho. Sin saber que era lo que había pasado me puse a llorar con él. Años después, la noche en que desapareció papá, vi en el video de archivo de la cámara de seguridad a mamá arrojarse a la caldera, no había sentimientos en su rostro, solo determinación. Poco y nada se sabía de su pasado, había aparecido de un día para el otro, amnésica, merodeando sin rumbo cerca de los túneles abandonados que conectaban con el viejo barrio de los príncipes. Nadie la conocía, nada se sabía de ella ni de su pasado, ni siquiera sabía su propio nombre. Mi papá fue uno de los cuidadores que la ayudaron a adaptarse a la vida en la ciudad. Él le enseñó a cultivar la comida, a reparar las máquinas rotas y a monitorear las cúpulas para que no hubiesen grietas por donde entrase el frío  que nos mataría a todos en pocos minutos. Aprendió rápido la división de la jornada en cuartos: un cuarto dedicado a trabajar para el bienestar de todos, otro cuarto dedicado al bienestar propio, un cuarto al descanso y el otro al esparcimiento. Aparentemente tenía un conocimiento intuitivo increíble para cuestiones de alta tecnología, por lo que pasaba mucho tiempo revisando las grandes máquinas de regulación de humedad y temperatura de toda la ciudad. Gracias a ella se mejoró la eficiencia energética y se logró reactivar media docena de trajes para explorar, aunque mas no sea unos pocos kilómetros, el desierto de hielo que se expandía por fuera de las cúpulas.  En esos meses se enamoraron y decidieron estar juntos. De esa unión nací yo.

Varias veces fueron mi padre y otros a investigar los túneles viejos donde había aparecido ella, pero un derrumbe no los dejaba avanzar más allá de cierto punto y los túneles laterales seguían sellados desde el otro lado. Solo quedaba sospechar que la ciudad de los príncipes seguía tan destruida y abandonada desde que terminó la rebelión de los esclavos. La independencia tuvo su costo, los privilegiados se inmolaron con todos sus prodigios y tecnología. La ciudad de los independientes tuvo que reconstruirse con lo poco que tenían los victoriosos, los esclavos que apenas podían subsistir, pero que triunfaron y luchaban día a día para llevar una vida sin amos. -De cada uno, de acuerdo a su capacidad, y para cada uno de acuerdo a su necesidad- era el lema que todos los días repetían. -Por la rebelión de los esclavos, ¡todos somos iguales!- concluía el juramento.

Fue justo después de que mi madre hubiese muerto que comencé a tener las pesadillas. Siempre parecidas. La primera vez el sueño transcurría en un lugar amplio, con paredes de vidrio enormes que dejaban ver el sol de un mundo sin hielo. Mucha gente se agolpaba para ingresar a unos pasillos que veía lejos. Había miedo y nerviosismo en todas las personas. A unos metros, entre el gentío, comenzaba a escucharse un fuerte zumbido y la gente que se atropellaba para alejarse. De la boca de un hombre deformado por el dolor salía un enjambre de insectos. Esos mismos insectos atacaban a quienes estuviesen lo suficientemente cerca y poco después estas personas también se retorcían y de ellas salían insectos. Este sueño me acompañó durante casi toda mi vida, desde aquel momento hasta mis últimos días.

El final del mundo congelado ocurrió unos años después. Yo había dedicado mi tiempo de trabajo voluntario a continuar con el desarrollo que había comenzado mi madre, tomé sus prototipos de traje de exploración y los mejoré. Pronto había un par listos para salir al exterior, al desierto helado, para explorar el mundo. La noche anterior al día de la prueba fui a visitar a mi padre, había estado bastante poco comunicativo en el último tiempo y quise visitarlo para convencerlo de que me acompañase en la exploración, pero cuando llegué todo en su casa había sido violentado, sus pocas pertenencias estaban revueltas y él estaba herido de muerte en el piso. Con una sonrisa moribunda me dijo que sus atacantes no habían podido encontrar lo que buscaban y con su último aliento me señaló una baldosa falsa en el baño, detrás había una pequeña caja con varios documentos sobre mi madre. Todos los datos apuntaban a los túneles abandonados de la ciudad vieja, hacia ahí fui con uno de los trajes de exploración.

Efectivamente algo había cambiado en los túneles, alguien había estado ahí hacía poco, casi podía seguir sus pasos, hasta que en una juntura encontré tirados en el piso los anteojos de mi padre y supe que estaba siguiendo a su atacante. Uno de los túneles laterales se había abierto y a medida que avanzaba en mi persecución y me alejaba del domo central la temperatura descendía mas y mas, incluso al punto de que no sería soportable para ninguna persona, pero sin embargo las huellas que seguía eran frescas, casi podía pisarle los talones al asesino. Siguiendo ese rastro fue como salí al mundo exterior por un lugar inexplorado. De no ser por mi presa, era la primera persona del domo en ver la infinita llanura de hielo expandirse hasta donde daba la vista. Seguí, con enorme dificultad para moverme y poniendo a prueba la resistencia del traje, anduve varios kilómetros hasta llegar a lo que parecía una entrada a una construcción subterránea desconocida, similar al domo ciudad de los esclavos independizados. Con una extraña calma entré y a mis espaldas unas compuertas se cerraron. La temperatura se volvió habitable de pronto. Las luces del lugar se prendieron y me vi rodeada por una docena de personas que me miraban con una mezcla de sorpresa y de reconocimiento. Hablaban directo a mi mente, con solo la voluntad de hacerlo. Me dijeron que ellos eran los antiguos habitantes del mundo, que en la cima de su tecnología habían encontrado la manera de volverse inmortales. Lejos de haber caído en la decadencia, su sociedad se mantuvo por siglos hasta que fueron invadidos por una raza de parásitos que llegó del espacio. En un acto de desesperación, la última colonia que resistía a los invasores tomó la decisión de congelar el mundo para detener, aunque sea temporalmente, la reproducción de los invasores enviándolos a  una hibernación forzada.  También me dijeron que mi madre había sido una de ellos, que en un momento de desesperación quiso borrar su propia memoria y se fue a vivir con nosotros a la ciudad de los esclavos. También me dijeron que el procedimiento para borrar la memoria era muy inestable y que se revertía paulatinamente después de un tiempo, atormentando a quién lo hubiese hecho con recuerdos fragmentados de su anterior vida. Sin dudas eso la había llevado a arrojarse a los grandes hornos, su única oportunidad de librarse de toda esa pesadilla era volviendo su cuerpo un puñado de cenizas. También me dijeron que era frecuente que recuerdos de un inmortal pasasen a su progenie, por eso mis pesadillas recurrentes. Después me dijeron que me retire, que querían estar solos. Me pidieron disculpas por haber matado a mi padre, lo mataron porque se había acercado demasiado a la verdad sobre el origen de mi madre

Todo el lugar comenzó a vibrar y a sacudirse, por lo que me fui rápido. No era ese lugar, era todo el mundo el que se agitaba, los inmortales habían decidido apagar las máquinas que congelaban el mundo. Para cuando regresé a la ciudad domo los insectos estaban despertando de su sueño forzado. Pudimos improvisar unas defensas precarias, pero el domo no podría resistir por mucho tiempo. Sin embargo, no hizo falta. De un momento a otro todos los insectos se alejaron y comenzaron a seguir lo que parecía ser una nave espacial dejando el planeta. Los inmortales volvieron a hablar en mis pensamientos. Estaban cansados de seguir sosteniendo sus vidas infinitas, entonces subieron a la última de sus naves y dejaron el planeta con rumbo al sol para que los parásitos los siguiesen. Sus cuerpos inmortales era el cebo perfecto para la especie que tenía el instinto de reproducirse para siempre y no podría resistirse en seguirlos. Una vez que los inmortales dejaron el planeta y que los insectos espaciales los siguieron en su último viaje sacrificial, el mundo quedó vacío, descongelándose para que lo exploremos…-”

De todas las personalidades contenidas en el holodisco, la de Marlin la exploradora era la preferida de Hakuda. Siempre volvía a escuchar su historia, una y otra vez, todos los días, . En realidad no toda su historia, solo la primera parte. Los eventos del despertar de los gigantes o el regreso de los Inmortales exiliados no le llamaban la atención. Todas las historias del redescubrimiento del mundo no le interesaban tanto como el relato del gran deshielo.




lunes, 10 de junio de 2019

El tecito de Admunsen



Dos personas sentadas frente a frente en una mesa, una habla:
-Hoy nací. Puede parecer difícil de explicar, o de entender. Hoy nací, en otro lugar del mundo, lo que ve usted ahora no soy la persona que nace, vengo de otro tiempo, de otros tiempos. Se podría decir que vengo del futuro, pero a esta altura eso sería simplificar demasiado las cosas… Le explico, siempre tuve sueños muy vívidos, desde que tengo memoria. ¿Le pasó alguna vez soñar algo que pareciese tan real que al despertar no dudaba de que haya sido solo un sueño? Toda mi vida fue así. Dentro de unos años, un grupo de científicos va a sintetizar una droga capaz de inducir sueños lúcidos. Estaban financiados por una empresa farmacéutica que terminó quebrando por otros motivos que no vienen al caso mencionar, juicios por ocultar información para mantener una ventaja económica a costa de no fabricar curas a algunas enfermedades y seguir vendiendo tratamientos paliativos mucho mas redituables. En fin, la fórmula del sueño lúcido pasó de mano en mano por un tiempo, las patentes se volvieron complicadas de rastrear y su fabricación se volvió un problema legal. Poco tiempo después, variantes de esa sustancia aparecieron en el mercado negro. Se lo llamó de muchas maneras: “Vitrola, Tecito de Admunsen, LuDri, H9000…”. Cuando la probé mi vida cambió por completo, no solo mis sueños eran mas lúcidos, y podía elegir donde ir y que hacer, al despertar descubrí que lo que soñaba afectaba la realidad.
Cambié el pasado y viví muchos futuros diferentes, y todo me llevó aquí, ahora, en frente de usted…-
La otra persona tomó el arma que estaba oculta bajo la mesa y le disparó sin mediar palabra.
-Yo también probé el tecito de Admunsen; yo también tenía sueños vívidos antes; yo también vi el pasado y viajé al futuro muchas veces, y pude ver como tus planes afectaban mi destino, ahora sin tu influencia, ya nada puede detenerme.-


martes, 19 de diciembre de 2017

Puentes

Esta mañana no quise abrir los ojos. Las sensaciones eran muy diversas, pero, en última instancia, reducibles a dos extremos de lo mismo. No debo ser el único en la ciudad, en la provincia, en el país y a lo largo y ancho del planeta que siente esto. No quería abrir los ojos por miedo a descubrir que habíamos sido derrotados, y no quise abrirlos para ver lo contrario, simplemente por ansiedad, o por no bancarme la incertidumbre. La noche anterior habíamos vivido algo increible, dado una batalla histórica, llena de sorpresas, jugadas y contrajugadas. Batalla no solo contra el aparato represivo del Estado, sino contra la comodidad acostumbrada. Ayer salimos del sueño de la delegación de poderes. Ayer fue una jornada de mutitudes, de marchas, de gente, codo a codo, yendo en una misma dirección. Desconocidos que se vieron la cara por primera vez, con los ojos después de un largo sopor. Clamores populares que se creían olvidados volvieron a resonar. El largo sueño, cómodo por cierto, y muy abrigado tambiéno, se quebró de manera, esperemos, duradera. Algo que hacía tan poco parecía imposible se encendió en los corazones de muchos. La rebeldía ante una injusticia que no sería tolerada.
Ayer vi mujeres y hombres, viejos y jóvenes, clase media, empobrecidos y acomodados, "la gente" que todos los políticos se endilgan representar, juntos caminando por la misma calle. Eso es una victoria, la verdadera forma de cerrar la grieta es apagar la tele y mirarnos a los ojos unos a otros, y a nosotros mismos frente al espejo.
Los pregoneros del optimismo dirán que es para mejor, pero están cegados y son, en el mejor de los casos, cínicos y mercenarios. Corrieron, y correrán el foco del debate con verdades a medias ¿y que es eso sino una mentira? haran todo lo posible para intentar tapar lo que se vivió, para dormir de noche sin que la conciencia los atormente por haberse puesto, una vez mas, en contra de quienes dicen representar. Se mentirán a si mismos para no sentir que le mienten a los demás, pero en el fondo lo saben.
Ayer se quebró algo que parecía inmutable. Ayer muchos abrieron los ojos.
El gobierno puede haber ganado una ley, puede haber legalizado un robo más a los que menos lo merecen, a los más débiles; pero en su prepotencia perdió muchísimo: despertó conciencias, encendió una mecha que nadie sabe cuan larga és, ni cuanto se quemará antes de llegar al cartucho de dinamita.
Esta semana volví a creer en todos nosotros, volví a creer que el empoderamiento civil es el camino.
Ayer grandes sectores de la sociedad se volvieron a unir después de muchos años para defender a los suyos. Ayer muchos nos diemos cuenta de que, a pesar de muchas contradicciones aparentemente irreconciliables, no eramos tan distintos.

 

sábado, 2 de septiembre de 2017

MEMORIAS DE UN ESCRIBA



Nos mandaron a la 5ta división, la de los cobardes. A nadie le gustaba estar ahí, pero, secretamente, a cada uno de nosotros, ese desprestigio nos daba cierta seguridad. Nadie esperaba nada de nosotros y nos confortaba saberlo.
En el primer combate que tuvimos, Ronnie cargó contra los enemigos, pero nadie lo siguió. Simplemente nos quedamos quietos, en silencio, viendo como caía, la mirada de desesperación que tenía en sus últimos momentos, al saberse solo y abandonado quedó grabado en mí. Creo que en todos, pero nunca hablamos del tema. Optamos por el silencio, cómplice, de los que no hacen nada y no tienen el valor para arrepentirse.

domingo, 30 de julio de 2017

Crónicas del mundo moderno





Sonó el teléfono, la casa estaba vacía y ni siquiera los mosquitos del techo del living parecieron inmutarse por el ruido.
Sonó una, dos, tres veces; recién a la cuarta vez la llamada fue atendida.
Dos conversaciones se dispararon en paralelo:
-Hola- dijo la voz de una chica joven
-Hola Dijo un hombre maduro con voz modulada
-Te comunicaste con la casa de…-
-Esta es una breve encuesta sobre…-
-Dejá tu mensaje después de la señal-
-Si usted es mayor de 18 años pulse uno…-
-Biiiiip-
Ambos interlocutores permanecieron en mutuo silencio. Por primera vez dejaron de hablar y escuchaban. Compartieron en silencio una espera automática.
Después de un tiempo tan prudencial como predeterminado ambos cortaron casi al mismo tiempo.